Los ácidos segregados por las bacterias de la boca son los que provocan la caries al desmineralizar la capa exterior del diente. A veces, vemos su acción cuando aparecen manchas blancas en la superficie, que son las precursoras de la caries.
La Odontología Mínimamente Invasiva propone actuar antes de que aparezca la caries, de manera preventiva y en las primeras etapas a través de dos vías.
Remineralización: reparando las lesiones en la superficie para frenar las caries en su estado inicial y evitar que avance. Así conseguimos fortalecer el esmalte, reducir la sensibilidad, neutralizar la acidez de la placa bacteriana, reducir los problemas en las encías e incluso aumentar el flujo de la saliva, que protegerá de manera natural los dientes.
Infiltración: técnica microinvasiva que se aplica solo cuando ya hay perforación. Es un tratamiento inmediato y eficaz de las lesiones que están bajo vigilancia, que evita la eliminación de tejido sano y mejora las espectativas de conservación de la pieza. Además, es más cómodo para el paciente ya que no requiere anestesia.
Para diseñar un protocolo individualizado analizaremos factores medibles como el Ph de la saliva, que nos indica si el paciente es más o menos propenso a sufrir caries. En función de esto, le daremos las pautas de prevención adecuadas que debe seguir, según su caso.