La clave es anticiparnos con técnicas de prevención capaces de evitar posibles problemas dentales que angustien o causen dolor a nuestros niños. No hay por qué temerle al dentista ¡ni a los brackets o la férula! Solo si dejamos pasar el tiempo, el precio a pagar será elevado (en todos los aspectos). Pero con visitas constantes a la clínica dental y un cuidado continuo en casa, sus dientes estarán sanos y listos para sonreír.